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Protección del producto e imagen corporativa: embalaje es clave para el éxito del transporte

Llegar con el producto en tiempo y forma al lugar indicado es la premisa de las operaciones logísticas. Esta frase que parece simple y directa tiene como pilar de su éxito la correcta manipulación de los productos transportados y la imagen de la empresa, gracias a una logística correcta y de calidad.

¿Cómo proteger los productos durante las fases de transporte y almacenamiento para que lleguen al consumidor final en las mejores condiciones? Esta pregunta es clave para la experiencia final del cliente y está estrechamente relacionada con el embalaje que es definido como “caja o cubierta con que se resguardan los objetos que han de transportarse”.

Para escoger el embalaje adecuado hay que tener en cuenta los siguientes aspectos: las características del producto; las particularidades del medio o medios de transporte que se vayan a emplear; los costos logísticos necesarios para su transporte y almacenamiento; la normativa legal y técnica que deben cumplir tanto envases como embalajes. 

Dada la importancia de este factor es tremendamente necesario que los clientes sepan identificar, entonces, el embalaje adecuado y darle a este proceso la importancia que tiene para la carga o encomienda a transportar. 

Algunas sugerencias respecto a las condiciones de embalaje son: 

Artículos en General: todo encargo debe ir correctamente embalado con cartón corrugado y en caso de contener vidrio deberá ser de plumavit y madera. De ser líquido debe estar sellado y en envases que no se derramen o puedan dañarse o filtrar, acompañado de su respectiva hoja de seguridad. 

Artículos Frágiles: (vidrio, loza, cerámica y cristal) Cubrir el producto con papel o esponja y depositarlo en una caja de cartón cubierta con madera en sus costados para proteger de golpes durante el traslado. 

Parabrisas: Al interior del embalaje, debe ir con sujetadores de goma, en los cuatro lados del parabrisas más material que amortigüe para que no se mueva. Es obligación un embalaje de madera para proteger toda la estructura. 

Motores y Maquinarias: Este tipo de carga debe ir sobre un pallet de madera y protegido por una jaba de madera. Debe venir sin aceite y sin combustible, que puedan producir daños o deterioro de la carga durante el viaje. 

Muebles: Cada pieza o parte del mueble debe estar protegida con cartón corrugado y opcional, antes de embalar con cartón, utilizar diario o esponja para proteger las partes más frágiles. 

Electrodomésticos (línea blanca, cocina, lavadora, televisor, computador): Si el producto se encuentra con su embalaje original no existe problema. Si es un producto usado se debe utilizar cartón corrugado y en su interior plumavit inmovilizando el producto al interior de la caja. 

Líquidos no catalogados como mercancías peligrosas: Estos productos deben estar contenidos en envases de metal o plásticos, bien sellados, con el fin de evitar cualquier tipo de derrame. 

Más allá de la funcionalidad práctica de esta protección externa, el embalaje también es sinónimo de identidad corporativa, ya que refuerza la imagen de marca por su valor visual. Por ello, la presentación del transporte de mercancías también comunica información corporativa, por lo tanto no da lo mismo con quien operar y se requiere operadores expertos que conozcan la carga, su manipulación y también las características de la industria.   

Las decisiones proactivas permiten minimizar los riesgos durante los desplazamientos y es de vital importancia para inspirar confianza en los clientes. Las empresas que quieren posicionarse en el mercado como sinónimo de calidad buscan diferenciarse y ¿cómo lo logran? Por medio del cuidado de todos los detalles que forman parte de esta cadena y, en este sentido, el embalaje es siempre un medio al servicio del fin, es decir, un factor que ayuda al traslado de un punto a otro.